Me quiero divorciar pero no tengo dinero : ¿Qué hago?

Cuando una relación de pareja llega a su fin, muchas personas sienten que lo más difícil no es tomar la decisión, sino afrontar el proceso legal. Es una situación que se repite con frecuencia: alguien quiere separarse, pero no tiene dinero para hacerlo. Y la pregunta inevitable aparece: ¿me puedo divorciar si no tengo recursos?

La respuesta es sí. En España, el derecho al divorcio está garantizado, y existen opciones para quienes no pueden permitirse los gastos de un abogado o un proceso judicial. A continuación te explicamos cómo funciona, qué puedes hacer en tu situación, y qué pasos dar si tu prioridad es salir de una relación sin recursos económicos.


¿Cuánto cuesta divorciarse?

No todas las separaciones cuestan lo mismo. Si hay acuerdo entre las partes, todo es más sencillo y económico. Si no lo hay, el proceso se complica y también sube el precio. En términos generales:

  • Un divorcio de mutuo acuerdo (con hijos o sin ellos) cuesta entre 400 € y 1.000 €, si se comparte abogado.

  • Un divorcio contencioso puede superar fácilmente los 2.000 €, ya que cada parte necesita abogado y procurador propios, y el proceso suele alargarse.

Pero si estás pensando « me quiero divorciar y no tengo dinero », que sepas que estos precios no son una barrera infranqueable. Hay soluciones legales para personas con bajos recursos.


La justicia gratuita: divorciarse sin pagar abogado

Si tus ingresos están por debajo de ciertos límites, puedes acceder a asistencia jurídica gratuita, que cubre el coste del abogado, procurador, y cualquier otro gasto judicial necesario. Esta opción está disponible en toda España y es un derecho reconocido por ley.

Para acceder a ella, debes demostrar que no puedes asumir el coste del procedimiento. Generalmente, se concede a personas cuyos ingresos no superan dos veces el IPREM anual, lo que equivale a unos 16.800 € brutos al año si vives solo. También se tiene en cuenta si tienes personas a tu cargo o si estás desempleado.

El proceso de solicitud se realiza a través del Colegio de Abogados de tu ciudad o directamente en los juzgados de guardia. Hay que rellenar un formulario, aportar documentación (DNI, declaración de renta, certificado de empadronamiento, etc.) y esperar una resolución. En caso de urgencia, se puede designar abogado provisionalmente mientras se tramita la ayuda.

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¿Y si mi pareja no quiere divorciarse?

Muchas personas creen que si la otra parte no está de acuerdo, no se puede hacer nada. Pero esto no es cierto. En España, no hace falta que los dos estén de acuerdo: basta con que una de las partes quiera divorciarse para iniciar el procedimiento.

En ese caso, se trata de un divorcio contencioso. Aunque suele ser más largo y costoso, también puedes acceder a justicia gratuita si no tienes medios. Nadie puede obligarte a seguir casado, y el dinero no debe ser un obstáculo para ejercer ese derecho.


¿Qué pasa si dependo económicamente de mi pareja?

Aquí es donde muchas personas se sienten atrapadas. Si no trabajas, no tienes ingresos propios, o dependes totalmente de tu cónyuge, puede dar miedo dar el paso. Pero la ley también contempla esta realidad.

Durante el proceso de divorcio, el juez puede establecer una pensión compensatoria para equilibrar la diferencia económica entre ambos. También se puede fijar una pensión de alimentos si hay hijos en común. Lo importante es demostrar la situación de dependencia y que no tienes medios para sostenerte de forma autónoma tras la ruptura.

Además, si hay situaciones de especial vulnerabilidad, los servicios sociales de tu comunidad pueden ayudarte con apoyo económico, acceso a vivienda, orientación laboral o incluso recursos específicos si hay riesgo de exclusión.


Casos de urgencia o maltrato

Si, además de no tener dinero, estás en una situación de maltrato —físico, psicológico, económico o de control— es vital actuar con rapidez. El miedo a quedarse sin recursos no puede frenar una decisión que afecta a tu seguridad y tu dignidad.

En estos casos, puedes recibir ayuda inmediata a través del 016 (teléfono gratuito y confidencial), casas de acogida, abogados especializados y atención jurídica urgente. No necesitas esperar a tener dinero ni a preparar nada: hay un sistema activado para protegerte.


¿Qué opciones tengo si no me conceden justicia gratuita?

En algunos casos, tus ingresos pueden ser ligeramente superiores al umbral para la justicia gratuita. Aun así, existen alternativas que puedes explorar:

Una posibilidad es intentar un divorcio de mutuo acuerdo y compartir abogado con tu expareja. De ese modo, los gastos se reducen considerablemente.

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También puedes buscar abogados que ofrezcan facilidades de pago o tarifas reducidas, especialmente si tu caso no es complejo. Muchos profesionales tienen en cuenta la situación personal de sus clientes.

Otra opción es acudir a asociaciones de apoyo legal o servicios jurídicos del ayuntamiento, que en muchas ciudades ofrecen orientación gratuita o precios simbólicos.


¿Y si no tengo nada que repartir?

Muchas personas se agobian por el coste del divorcio pensando que hay que dividir bienes, viviendas o negocios. Pero si no hay bienes gananciales, propiedades ni hijos menores, el procedimiento es más simple. En algunos casos, se puede incluso formalizar el divorcio directamente ante notario, siempre que exista acuerdo entre las partes.

Este tipo de divorcio es rápido, barato, y no necesita juicio. Solo requiere abonar los honorarios notariales y la redacción del convenio.


¿Qué hacer si quiero divorciarme pero no sé por dónde empezar?

Si te encuentras bloqueado y no sabes por dónde tirar, lo primero es no quedarte solo/a. Habla con alguien de confianza, infórmate en tu ayuntamiento o en un punto de información jurídica. Aunque no tengas recursos, puedes empezar a mover las piezas para encontrar la salida.

El paso más importante es acceder a la información correcta. Mucha gente no se divorcia por miedo a no poder pagarlo, cuando en realidad tienen derecho a hacerlo gratuitamente. Lo que parece inaccesible desde fuera, muchas veces tiene solución desde dentro.


Conclusión: separarte sin dinero es posible

Pensar « me quiero divorciar y no tengo dinero » no es una rareza: es una realidad cotidiana para miles de personas. Lo importante es saber que existen caminos legales, gratuitos o accesibles, para poner fin a un matrimonio que ya no tiene sentido.

No estás obligado a permanecer en una relación por motivos económicos. No necesitas tener una cuenta llena para tomar una decisión vital. Tu bienestar personal está por encima del coste de un abogado.

Si necesitas ayuda, busca orientación. Si estás en peligro, pide protección. Y si simplemente quieres empezar de nuevo, empieza por informarte. Porque incluso sin dinero, tienes derecho a divorciarte y rehacer tu vida.