¿Cuál es el plazo máximo de devolución en un préstamo entre particulares?

Prestar dinero a un familiar o amigo es algo común, pero cuando no se fijan condiciones claras desde el principio, pueden surgir malentendidos. Uno de los aspectos más importantes a definir en estos acuerdos es el plazo de devolución. ¿Existe un límite legal? ¿Qué pasa si no se fija ningún plazo? ¿Y cómo se puede proteger legalmente al prestamista?

En este artículo abordamos de forma clara y accesible todo lo que necesitas saber sobre el plazo máximo de devolución en un préstamo entre particulares. Ya seas quien presta o quien recibe, entender bien las reglas puede evitarte muchos problemas a futuro.


¿Qué se considera un préstamo entre particulares?

Un préstamo entre particulares es un acuerdo económico entre dos personas físicas, sin intervención de una entidad financiera. Es perfectamente legal siempre que no haya ánimo de lucro (interés usurario) y se documente adecuadamente.

Este tipo de préstamos suele ocurrir entre familiares, amigos, socios o conocidos, y aunque puede parecer informal, lo ideal es dejar constancia escrita de las condiciones: cantidad prestada, fecha, forma de pago y plazo de devolución.


¿Existe un plazo máximo legal?

En España, la ley no establece un plazo máximo obligatorio para devolver un préstamo entre particulares. Esto significa que, si ambas partes acuerdan libremente un periodo de devolución, sea en 6 meses o en 10 años, dicho plazo será válido mientras conste en un contrato firmado por ambas partes.

No obstante, si no se ha establecido plazo alguno, el Código Civil establece que el prestatario debe devolver el dinero cuando el prestamista lo reclame, siempre que se dé un plazo razonable para hacerlo. En estos casos, no es posible exigir una devolución inmediata al día siguiente; se debe permitir un tiempo adecuado.

A efectos prácticos, lo recomendable es no fijar plazos excesivamente largos si no existe una justificación sólida. Un plazo de devolución entre 1 y 5 años suele ser razonable, dependiendo de la cantidad prestada y la capacidad económica del prestatario. Fijar plazos demasiado extensos puede generar falsas expectativas o dar lugar a olvidos involuntarios, especialmente si no hay intereses de por medio.


¿Qué ocurre si no hay contrato escrito?

Uno de los errores más comunes es confiar en la palabra del otro sin dejar nada por escrito. En caso de conflicto, demostrar que hubo un préstamo puede resultar muy complicado sin un documento.

No te lo pierdas:  Cómo conseguir financiación con Carrefour: Guía completa 2025

Cuando no existe contrato, ni pruebas de transferencia bancaria ni comunicaciones que acrediten el acuerdo, el prestamista queda desprotegido ante un posible impago.

Por ello, aunque se trate de una persona cercana, es fundamental redactar un documento, que puede ser un contrato privado simple o incluso elevarse a público ante notario para mayor seguridad.


¿Y si el préstamo incluye intereses?

Aunque no es habitual en el entorno familiar, el préstamo entre particulares puede incluir intereses, siempre que no sean abusivos. En este caso, también se debe indicar claramente en el contrato:

  • El tipo de interés aplicado.
  • La frecuencia del pago (mensual, trimestral, anual…).
  • Qué sucede en caso de retraso o impago.

La Agencia Tributaria exige que estos préstamos se comuniquen mediante el modelo 600, incluso si no hay intereses. Y si los hay, pueden estar sujetos al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.


¿Se puede reclamar judicialmente un préstamo entre particulares?

Sí. Si el deudor no devuelve el dinero en el plazo pactado, o en un plazo razonable si no se fijó ninguno, el prestamista puede presentar una demanda judicial. Para que esta prospere, es esencial contar con algún tipo de prueba: contrato firmado, justificante de transferencia, correos electrónicos, mensajes, etc.

El procedimiento más habitual es el proceso monitorio, rápido y económico si la deuda está bien documentada. Si el deudor se opone, el asunto pasará a juicio verbal u ordinario, según la cantidad reclamada.


¿Cuáles son las mejores prácticas para fijar el plazo?

Lo ideal es redactar un contrato que incluya de forma clara:

  • Fecha de inicio del préstamo.
  • Importe total prestado.
  • Fecha exacta o calendario de devolución.
  • Condiciones en caso de retraso o impago.
  • Firma de ambas partes.

Esto no solo protege legalmente, sino que evita malentendidos o expectativas no realistas.


Situaciones comunes en préstamos familiares

Muchos préstamos entre particulares surgen por necesidad puntual: pagar una entrada, afrontar una reforma, cubrir gastos imprevistos. El problema es que la confianza lleva a veces a no definir plazos ni condiciones.

En contextos como estos, puede ser útil plantear un sistema de cuotas mensuales, o establecer un compromiso simbólico que refuerce la seriedad del acuerdo. Incluso si no hay intereses, un préstamo sigue siendo una obligación económica.

No te lo pierdas:  Cómo conseguir financiación con Carrefour: Guía completa 2025

¿Qué pasa con Hacienda?

Aunque no hay un plazo límite marcado por Hacienda, sí puede intervenir si detecta irregularidades. Si prestas una suma importante y luego no la recuperas ni haces declaración alguna, puede parecer una donación encubierta. Para evitar problemas:

  • Declara el préstamo mediante el modelo 600 (aunque sea sin intereses).
  • Guarda pruebas de transferencias o contratos.
  • No prestes en efectivo sin justificante.

Además, si el préstamo supera ciertos umbrales (por ejemplo, 3.000 €), Hacienda podría solicitar justificación del origen y del destino del dinero. Es importante actuar con previsión, especialmente si el préstamo es entre padres e hijos o entre cónyuges, donde los movimientos económicos suelen ser más vigilados por la administración.

Documentar no solo protege frente a impagos, sino que puede ser clave para evitar que el préstamo sea considerado una donación y, por tanto, esté sujeto al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Este detalle, que muchos desconocen, puede tener consecuencias fiscales importantes.


Conclusión: libertad sí, pero con responsabilidad

En un préstamo entre particulares hay margen para decidir condiciones, pero eso no significa que todo valga. El plazo de devolución debe definirse con lógica, pensando en la viabilidad del pago y en la claridad entre ambas partes.

Si no se fija un plazo, se puede devolver “cuando se pida”, pero eso abre la puerta a conflictos. Mejor dejar todo claro desde el principio, incluso si hay buena relación. La confianza es importante, pero la transparencia aún más.

En resumen, fijar un plazo claro, acordado y documentado es una decisión inteligente que protege a ambas partes. Ya sea un préstamo pequeño entre amigos o una suma importante entre familiares, formalizar las condiciones, incluido el tiempo de devolución, no solo fortalece la confianza, sino que evita malentendidos costosos en el futuro.

Tomarse una hora para redactar un contrato puede ahorrarte meses de preocupaciones. Porque en materia de dinero, incluso con personas cercanas, lo mejor es dejarlo todo por escrito.


¿Te lo paso también en HTML? ¿Otro keyword a trabajar?